lunes, 8 de diciembre de 2014

...Ya ves que poco a poco se va arreglando tu casa


    "Salud pues, Benaiges, ya ves que poco a poco se va arreglando tu casa".

                                                     Sergi Bernal.

     ¿Qué impulsa a un puñado de soñadores a recuperar un edificio relegado a la distracción y la amnesia? ¿A mantener en pie el último hogar de un maestro y la primera Escuela de muchas generaciones de niños y niñas? Recorrer su alero, retejando, para que el agua de la lluvia no derrumbe el inmueble; sanar sus paredes de la humedad y las grietas; cerrar los boquetes de su suelo; tratar sus vigas y ventanas con remedios madereros; acicalar con pintura blanca sus paredes enfermas. Acciones que van ejecutando brazos voluntariosos y perseverantes, a hurtadillas de su tiempo libre, para rescatarla del desamparo del olvido.

     Cansancio, agujetas y frío.

    Absortos, cada uno piensa en sus porqués, en esas razones que de forma individual les han llevado a colaborar en esta historia de recuperación y dignificación de la memoria de un humilde y desconocido maestro venido de Cataluña a tierras del interior. El murmullo de sus pensamientos vuela lejos. Se entrecruzan, se solapan, se escapan por las ventanas sin cristales de la Escuela. Cada uno deja revolotear su razón personal junto a las otras. Planean todas juntas formando una red cada vez más extensa. Una urdimbre de motivaciones cada vez más densa y apretada, cada vez más compacta y unida.

    Surge otra vez la pregunta: ¿qué impulsa a un colectivo a recuperar la última Escuela de un maestro, partiendo de la nada y muchos sueños? Un único sueño, una trama de razones.

    Nieva en Bañuelos. En el exterior los copos caen en delicado manto. Su acompasado ritmo acompaña el trabajo interior en la Escuela. Se está tejiendo una red cada vez más grande de razones, se está tejiendo un sueño. 

                                                        Gema Marchamalo.


Miembros de la Asociación Escuela Benaiges en labores de recuperación

2 comentarios:

  1. El corazón tiene razones que la razón ignora.

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  2. Pero es con la razón con la que se realizan las acciones que luego "gustan" al corazón. El maestro Antonio, como tantos otros y otras, llegó, se quedó y trabajó en una tierra un tanto hostil porque su razón les impulsaba a trabajar con la gente que les necesitaba; porque la razón debía de suprimir la ignorancia, el caciquismo, la dominación ideológica....
    El corazón con suministrar sangre permanentemente a todo el organismo tiene cometido suficiente. ¡No le demos más carga de trabajo no sea que se atore!

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