domingo, 22 de febrero de 2015

La niña de la nieve

     Volvió el pasado mes de agosto proyectada en una blanca e improvisada pantalla sobre la ajada pared de la Escuela. Todo Bañuelos la vio, después de muchos años de ausencia, con la emoción contenida. Hablaba como la niña que llevaba dentro del  vestido. Hablaba de su buen maestro y de algunos retazos de su infancia en el pueblo. Hablaba emocionada y vehemente al ritmo de los fotogramas.     
     
     Felisa era la niña que tan sencilla y ágilmente escribía sobre la nieve; la niña que mejor salió en la fotografía del retratista de Briviesca; la mujer que guardó en su corazón recuerdos sobre un maestro olvidado para que no volasen, para que no se perdiesen.
      
     El tiempo, fugaz acompañante, no perdonó y le fue restando minutos.
   Felisa hace unas horas entregó al barquero su moneda envuelta en un pañuelo. En la puerta de la Escuela un cierto alborozo salió a su encuentro.
      
    Que las olas del mar arrullen tu descanso Felisa.


Felisa
Detalle del collage "El fotógrafo y la Memoria"



Quereis saber como conocimos a Felisa?

Un día recibimos un correo electrónico enviado desde Zaragoza. Nos anunciaba una noticia soprendente, en esa ciudad vivía una abuelita de 89 años que era ex-alumna del maestro Antonio Benaiges y que siempre hablaba de él, y sus pensamientos de aquel tiempo acababan con la frase: "Mataron a mi maestro y era un buen maestro". Quien nos escribía era su nieta Lucía, ella supo de nosotros por internet y nosotros no tardamos ni una semana en ir a conocerlas.

Y así fue como supimos de Felisa Viadas, una niña que había salido hace muchos años de Bañuelos para no regresar, como homenaje al maestro conservaba todo lo que le había enseñado hacía 75 años.   Os copio la conmovedora carta que recibimos.



Sergi B.


Hoy, a sus 89 años de edad, con la mente aún lúcida sigue teniendo en recuerdo aquel acontecimiento vivido en su pueblo a sus 11 años de edad y que tantas veces nos ha contado: “le mataron a su maestro” y para ella era un buen maestro.

Hoy, en mi visita, una vez más, me vuelve a recitar las mismas estrofas de la poesía enseñada, aprendida y no olvidada hace 75 años: Ven conmigo al monte ameno de apacible sombrío, de olorosas flores …..

¿Como es posible que tanto pueda marcar las enseñanzas de un maestro?

Mi abuela se llama Felisa Viadas Rojas es natural de Bañuelos de Bureba provincia de Burgos. En la fotografía de los niños con su maestro, publicada en Internet, ocupa el segundo lugar de la segunda fila empezando a contar por la derecha. Vive en la Residencia para mayores “El Moreral” en La Puebla de Alfindén provincia de Zaragoza. Conoció al maestro Antonio Benaiges Nogués y mucho de lo acontecido en aquella época.


No tiene estudios superiores, ni siquiera elementales, sólo los primarios realizados en aquella escuela, pero siempre ha mantenido y aplicado con sus hijos el “libre pensamiento” que su maestro sembró.

Aprovechen lo que guarda en su memoria; a la familia nos sigue cautivando y emocionando los relatos relacionados con su maestro y con su trágica muerte.

Un saludo desde Zaragoza,

Lucía

4 comentarios:

  1. Creo que el dibujo hacer justicia a aquella bonita chavala de la escuela de Bañuelos.
    Un gran recuerdo para una gran mujer como queda claro en el documental El Retratista. ¡Cómo defendía a su maestro!!!
    Felisa que la tierra te sea leve.

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  2. Un buen homenaje a Felisa, a la que mataron a su maestro y para ella era un buen maestro.

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  3. Desde Mèxico lamentamos su partida. Gracias Felisa por compartir tus palabras y los Libros de Vida que atesoraste con tanto cariño. Gracias por acercarnos a ese periodo grato que de chavales disfrutaron en la escuela de Bañuelos de Bureba...

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  4. Me parece que el mejor homenaje posible al maestro Antonio Benaiges le dio esta mujer.
    Felisa Viadas que setenta y tantos años después recordaba a su maestro, aquel que había llevado un poquito de luz a su pueblo, y se encorajinaba cuando decía aquello de: "Mataron a mi maestro y era un buen maestro".
    Gracias Felisa por el ejemplo que nos dejaste. Que la tierra te sea leve.

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